Tema 3: La Realidad y el Conocimiento en Platón
Según Platón, el conocimiento verdadero es el conocimiento de las Ideas o Formas, las cuales son entidades eternas e inmutables que existen en un mundo trascendental o mundo de las Ideas. El conocimiento empírico o conocimiento sensible, es solo una copia o imitación de las Ideas y no tiene valor real.
Para Platón, el mundo sensible es solo una sombra o reflejo del mundo de las Ideas y la realidad verdadera es el mundo de las Ideas. La mente humana tiene acceso a las Ideas a través de la contemplación y el conocimiento de las Ideas es esencial para el bienestar humano.
Platón también sostenía que el alma humana es inmortal y que antes de nacer en el mundo sensible, el alma conocía las Ideas. La existencia en el mundo sensible es una especie de prisión para el alma, y el objetivo de la vida es liberar el alma y volver al mundo de las Ideas.
En resumen, según Platón el conocimiento verdadero es el conocimiento de las ideas, las cuales son entidades eternas e inmutables que existen en un mundo trascendental, el mundo sensible es solo una sombra o reflejo del mundo de las ideas y la mente humana tiene acceso a las ideas a través de la contemplación.
El discípulo de Sócrates, Platón, vive en una época donde el siglo próspero de Pericles ha acabado y se han dado las guerras del Peloponeso. Esto supone la caída del gobierno de Atenas y la implantación de la oligarquía de los 30 tiranos por parte de los vencedores (Esparta).
Platón, sigue los pasos de su maestro y sigue usando sus métodos para encontrar la verdad y las definiciones universales. En su madurez ideológico, Platón desarrolla la teoría de las ideas. Postuló que existen dos mundos, dos realidades, el llamado dualismo ontológico. Por un lado, el mundo sensible, el mundo terrenal, y por otro, el mundo inteligible o de las ideas. Platón dice que al igual que existen dos mundos, también existen dos vías para obtener conocimientos. Este dualismo epistemológico está formado por la opiniones, y por el conocimiento verdadero.
Estos dos dualismo son isomórficos, la opinión (doxa) solo existe en el mundo sensible, y el conocimiento (episteme) solo existe en el mundo de las ideas. El fin último del ser humano es alcanzar la Idea Suprema, la de Bien, esta se encuentra en lo más alto del mundo de las ideas, puesto que las ideas también poseen una jerarquía. Para que el hombre llegue a alcanzar el mundo de las ideas, este debe de hacer un proceso, ascendente y dialéctico. Todo esto lo explica Platón en el Mito de la Caverna y en el Símil de la Línea.